martes, 19 de enero de 2016

La rivalidad interparroquial ha sido una evidencia a lo largo del tiempo en muchos de los ayuntamientos. Y como no, en el nuestro también. Rivalidad que tenía, sobre todo, su afloramiento más negativo en las fiestas[1] y competiciones deportivas. En distintas épocas hubo competiciones de fútbol ex profeso para enfrentarse equipos como los de Bueu y Beluso y así conseguir un hermanamiento entre jugadores y aficiones.
As veces esos intentos quedaron desbaratados por los mismos regidores de los clubs tal como ocurrió el domingo 16 de septiembre de 1928, día en que se iba a disputar “el anunciado partido de las medallas ‘Paraíso’ entre los equipos de Bueu y Beluso” y que no pudo celebrarse “motivado a sensibles desavenencias entre las directivas de ambos clubs”.  

Diario de Pontevedra 18-09-1928 p. 2

miércoles, 6 de enero de 2016


¡Niños y niñas! Debéis saber que si los Reyes Magos, Papa Noel o papás os han regalado una bicicleta o una pelota tendréis que ir al monte o a algún sitio alejado para poder aprender a montar en ella o jugar con el balón. Para entenderlo mejor mirad el Bando-Aviso que promulgó el alcalde de Bueu en 1929:
  Que sepamos, todavía no está derogado. A veces habría que aplicarles a los políticos aquel eslogan del mayo de 1968 “Prohibido prohibir”.
Pero no todo es negativo pues la intención y la finalidad del mismo creo que todos podríamos subscribilo ya que el respeto a los demás es fundamento de convivencia:” [evitar] realizar cualquier clase de actos que dificulten la circulación o cause molestias a los vecinos o transeúntes”.                 
Hoy, disfrutad de los regalos y mantened la ilusión que nadie os dirá nada...                        

viernes, 1 de enero de 2016

Non es normal que una empresa ponga todos los mecanismos de presión ante la maquinaria del Estado en la defensa de uno de sus trabajadores y más difícil que esto se haga en momentos convulsos de guerra y de posguerra.

Pues en la empresa Massó Hermanos esto se ha producido con un obrero de origen portugués[1] llamado Manuel Da Cunha.
Al citado obrero se le acusaba de ser Vicepresidente de la “Sociedad de canteros y similares”, cargo para el que había sido nombrado sin “su presencia ni consentimiento, pero es notorio que dicho cargo no llegó a desempeñarlo, a pesar de las amenazas para impedirle seguir trabajando y contra su integridad personal.[2]
A pesar de que el obrero Manuel desde el primer momento se había adherido a la “Revolución Nacional Sindicalista” [3] fue decretada una orden de expulsión del territorio español por figurar en su expediente policial “haber sido nombrado vicepresidente de una Sociedad obrera siendo súbdito extranjero”.
Contra esa orden recurrió a empresa Massó ante el Gobernador Civil que autorizó la volta a España de dicho obrero (1939). Orden que fue revocada posteriormente por el Ministerio de Trabajo. Ante este largo proceso y devenir los responsables de la empresa Massó deciden acudir directamente al ministro de Asuntos Exteriores explicándole todo y “declarando solemnemente que es un buen obrero y trabajador excelente, que jamás ha dado motivo a la más pequeña reprensión, siendo sus servicios muy necesarios, ya que figuraba últimamente como capataz de obras, muy difícil de sustituir en un pueblo tan pequeño como Bueu, y de las 1.500 personas que tiene actualmente a su servicio, figuraba entre los más capacitados y de absoluta confianza”. 



Fuentes de información: Manuel Aldao y oficios de la alcaldía de Bueu, 1939


[1] De Vila de Punhe, Barruzelas (Distrito de Viana de Castelo)
[2] Por todo lo cual se le había impuesto una multa de 500 pesetas en el año 1936, de la que llevaba pagado 10 pesetas cuando comenzó la guerra.
[3] Siendo militante da C.O.N.S. desde el 12 de febrero de 1937